Máximo Vidal, hijo de Juan Vidal trabajador en una aerolínea regional y Helena Condis que regentaba un chiringuito de playa, nació en el sur de España, en la costa del sol. Max tuvo una infancia feliz. Su historia se torció en el instituto, malas amistades le llevaron a la expulsión y le complicaron la vida, robos, posesión de maría, peleas etc. De esa se recompuso volcándose en el deporte, estudió una formación superior de contabilidad y luego accedió a la universidad donde terminó empresariales y fue líder del equipo de futbol, pero no le llenaba. Trabajó en una caja bancaria actualizando libretas a ancianas hasta que le largaron por trapichear con algunas cuentas. Su padre le enchufó en el mundo de la aviación, que siempre le llamó la atención. Comenzó como ayudante en labores de mantenimiento de aviones y poco a poco se hizo a la profesión. Allí, trabajando en el aeropuerto, conoció a una azafata llamada Loreto, fue su talón de Aquiles. Durante unos años fue la relación perfecta, hasta que se dejó engañar para un negocio turbio de trafico colando equipajes corruptos en los aviones que le costó a Max, la casa, el coche, la relación con sus padres ,etc. Romper con Loreto fue duro, después, emprendió un viaje a USA, a la ciudad de los Santos, donde empezó de cero.
(Primeros pasos en Los Santos)
Encontró un curro de cartero y luego de repartidor. Ahorró para sacarse la licencia de vuelo con Pegasus, con quienes está actualmente negociando para entrar de nuevo en el mundo aeronáutico. Por otro lado, el trabajo de repartidor le permitió conocer a Kiara Carter, ex-dueña de un bar de carretera que dejó a Máximo participar en el negocio.
(Reponiendo el negocio)
Con el tiempo comenzó a sentir algo más que una simple amistad por Kiara, pero ésta se marchó del país. Desde entonces se ha vuelto más imprudente en su forma de actuar y aprovecha sus conocimientos de mecánica robando algún coche para luego venderlo en el mercado negro. Una noche, intentando forzar un coche, fue sorprendido por 4 moteros armados que le robaron a punta de pistola todas sus cosas y vaciaron su cuenta de ahorro. Debido a ello, además de vender casi todos sus autos, tiene su piso de la playa alquilado a unos desconocidos para intentar recuperarse económicamente, viviendo en una casa abandonada cerca de la central de repartidores en la que ha colocado algunos muebles viejos encontrados en la calle entre escombros y contenedores.
(Sobreviviendo)
Pese que la situación es la que es, Máximo no se rinde por perseguir sus inquietudes, se presentó a la entrevista con Pegasus Airlines, conoció a uno de los mandatarios en la empresa, Nick, con quien mantuvo una charla. Finalmente firmó un contrato con ellos.
(Saliendo de la entrevista)